Visite esta página: http://www.ecoportal.net/Temas_Especiales/Contaminacion/Antenas_de_Telefonia_Celular_La_Contaminacion_que_No_Se_Ve
El Domingo 30 de Enero del año 2011 la comunidad del Ensanche Ramos protestaron porque están instalando una Antena de Telecomunicaciones sin permiso de la comunidad. Pero aparece una autorización de la Junta de Vecino autorizando la instalación de la Antena firmada por Jorge Castro, Reyna Nuñez, Euclides Martinez entre otros que no son miembros de la Junta de Vecino exceptuando a Jorge Castro. Se puede comprobar que se esta instalando de manera ilegal. Pues con los años la emisiones que emite la Antena crea daño al Cuerpo Humano, especialmente Cancel.
Por esa Razón se está protestando en contra de la Antena. En estos momentos se están realizando diligencias legales para detener la Antena.
He aqui las fotos y un estudio si la Antena produce daño o no lo produce.
Un conjunto de empresas está llegando a los consorcios con una oferta muy tentadora de dinero para colocar antenas de teléfonos celular en las terrazas. La idea es que la gente firme rápido y sin pensarlo. Las empresas quieren conseguir muchos contratos antes de que salga una normativa que les va a poner restricciones.
¿Qué hace uno frente a estas disquisiciones científicas de que hace o no daño a la salud?, Preguntémonos. "Una opción es que hasta que no esté comprobado que hace daño no hago nada y lo sigo usando y otra hasta que no esté comprobado que esto es inicuo no lo sigo usando. El problema es que si dentro de 10 años se comprueba que esto si provoca cáncer ¿Vale la pena arriesgar la vida por unos pesos? Uno tiene una sola vida que la puede pasar con más dinero o con menos, pero una sola", dijo.
Se da la paradoja que hay un grupo de empresas que está avanzando muy rápido, amparado en que no hay una normativa que lo controle. Testimonios indicaron que en Lanús (la gente llegó hasta esta convocatoria porque no sabía a quien dirigirse en su jurisdicción), desde que está instalada, una antena que se colocó sobre un edificio de dos pisos, además de fisurar la estructura del mismo, se provocan asiduamente diferentes patologías: Un joven de 19 años, sufre de presión alta; el ex dueño del inmueble, que vivía a cuatro cuadras del mismo falleció de cáncer el año pasado y un joven de 37 años sufrió un infarto cerebral que lo impide considerablemente. No todos los comentarios son negativos: El arquitecto Beilía consensuó en su edificio para que no se coloque la antena y todo aquel que quiera ayudar puede apersonarse a la Sociedad de Fomento de Palermo Viejo y firmar el acta que Noemí Hakel prepara con el fin de activar la prevención. Así sea.
A los vecinos que han recibido una oferta de alguna empresa de telefonía móvil, para la instalación en su azotea de una antena o estación base de telefonía móvil, les recomendamos hacer estas preguntas:
¿Puede oponerse algún vecino?
¿Proporcionan las empresas suficiente información sobre los efectos presentes y futuros de la antena que se pretende instalar?
¿Es la depreciación del valor de los pisos un perjuicio real para el inmueble?
¿Qué pasa con la responsabilidad civil de los propietarios frente a posibles perjuicios físicos, psíquicos y patrimoniales que se puedan producir a los vecinos de edificios colindantes?
¿Qué efectos puede producirse en el edificio por la instalación de una antena de telefonía móvil?
Las empresas suelen abordar a los vecinos con los beneficios de la oferta, este es el efecto más claro y directo que los vecinos perciben en un primer momento.
Hay que evaluar el sobrepeso en la estructura del edificio, ya que este tipo de antenas suele pesar varias toneladas, y no sólo se instala la antena, sino también distintos equipos y transformadores, peso que en los años siguientes puede ampliarse sin haberse consignado en el contrato.
Otro efecto directo, derivado de la instalación de antenas de telefonía, y que a simple vista no se percibe, es el producido por el funcionamiento normal de la antena. La antena instalada en la azotea del edificio cubre una zona determinada, y envía y recibe señales de todos los teléfonos móviles que se desplazan por su zona. Estas señales que recibe y emite se denominan ondas electromagnéticas. Estas ondas no se ven, no se huelen, son invisibles, y se desplazan por el espacio sin necesidad de cable, ni soporte material alguno. Penetran fácilmente en edificios y personas (algo lógico, porque si no, no sería posible la comunicación a distancia). La potencia de estas ondas electromagnéticas va disminuyendo conforme se van alejando de la antena (alrededor de la cual se producen los niveles más altos de emisión).
Como hemos dicho, estas ondas son absorbidas fácilmente por el cuerpo humano, en el que producen unos determinados efectos biológicos. Pero el problema se plantea por la falta de acuerdo de los científicos sobre cuales son los niveles perjudiciales.
Existe acuerdo en que cerca de la antena (en un radio de 3 a 6 metros ) los niveles serían demasiado altos y perjudiciales para el ser humano, pudiendo producir efectos térmicos o calentamiento, en exposiciones cortas. Por eso se recomienda vallar las antenas y que el público no pueda acercarse a las mismas. Esto obviamente, podría plantear un problema con las antenas instaladas en las azoteas, ya que los pisos situados inmediatamente debajo, y enfrente, recibirían de forma continuada las emisiones más altas de campos electromagnéticos.
También hay que tener en cuenta, que incluso respetándose estos límites, pueden producirse problemas para las personas que lleven marcapasos: Pueden verse interferidos por las ondas emitidas por la antena, incluso en niveles muy bajos.
Pero el problema se plantea con las exposiciones a largo plazo. ¿Qué sucede cuando una persona vive, duerme, trabaja, juega o estudia, mes tras mes y año tras año, cerca de una antena de telefonía móvil?. Su cuerpo se va a ver expuesto de manera continuada a niveles de emisión mucho más bajos que los que recomiendan las normas de protección (que sólo tienen en cuenta exposiciones cortas, por ejemplo de 6 minutos). No se van a producir quemaduras ni calentamiento, porque no están expuestos a niveles muy altos. Muchos científicos avisan de que se pueden producir otro tipo de efectos no térmicos, derivados de niveles mucho más bajos y de una exposición a largo plazo. Estos efectos, podrían producirse en las personas que pasan largos períodos en un radio de hasta 300 o 500 metros de una antena, (teniendo en cuenta que cuanto más cerca se esté, más alta será la potencia que se está recibiendo).
Algunas investigaciones científicas han establecido que la población expuesta de forma continuada a niveles de radiación similares a los emitidos por las antenas de telefonía móvil podrían experimentar un incremento de: Abortos, daños en el ADN, cambios en la actividad eléctrica del cerebro y en la presión sanguínea, descenso de los niveles de melatonina, depresiones, insomnio, dolores de cabeza, síndrome de fatiga crónica, afección del sistema inmunológico, cáncer, tumores cerebrales.
Hay también un importante efecto colateral ante la información constante en la prensa y medios de comunicación, sobre posibles efectos perjudiciales de las antenas, manifestaciones de vecinos que se oponen a su instalación, etc.
La mayoría de la gente ni siquiera sabe lo que son los campos electromagnéticos. Pero poco a poco, y cada vez más, empiezan a aparecer noticias en prensa y televisión, y la gente empieza a percibir un peligro en la cercanía de estas instalaciones. Llegará un momento donde, prácticamente será imposible instalar una antena de telefonía móvil sin la oposición y protestas de los vecinos de la zona.